Boavita... como despertarse un domingo y sentir, como vuelo, como el volar se vuelve música en mis pies, mis ojos no saben si despertar o soñar, no saben si reír o llorar, no saben, no entienden, no se imaginan la tranquilidad que se puede vivir, en el momento que el domingo llegó a mi ventana y no sabía si estaba dormida o despierta, sólo sabia una cosa, que Boavita no era estar volando, sino
era una realidad, mi realidad.
"El orden de las palabras, sólo afecta tú producto"


No hay comentarios:
Publicar un comentario